Hagamos una pregunta simple en apariencia: difundir una historieta en un teléfono móvil, o sobre la pantalla de un ordenador, ¿es esto difundir la obra original ... su adaptación ... o es una obra derivada?
Nada hay claro sobre este tema, ninguno de las personas, interesadas en el mundo del libro, dan la misma respuesta porque ocultan cuestiones importantes tanto en el plano moral como en el financiero.
Si el cómic digital es el resultado de una adaptación de un álbum (debido a que se altera la ordenación de las viñetas, el formato, el sentido de la lectura, o que se asocie a una publicidad) el autor -caso por caso- deberá tener el derecho de controlar cualquier modificación que se haga en su obra.
Si el cómic digital es el resultado de una cesión de derechos derivado a un tercero, entonces el 50% del dinero recaudado deberá ser abonado a los autores ... pero no necesariamente después del pago a los intermediarios sino en el momento de la cesión, pues muchas veces el tercero forma parte de las sociedades que se engloban dentro de los mismos editores.
Por otro lado tal como dicen los editores: “si el cómic digital es un libro como los otros”, parece ser que esta afirmación es para "justificar", sobretodo, que las remuneraciones pagadas a los autores estén incluidas en el porcentaje habitual de los derechos de autor, siendo éste entre el 8 y el 12% del precio de venta al público.
Ahora si el cómic digital es vendido a mitad del precio del valor del libro impreso en papel, si el IVA /TVA aplicado es casi 4 veces más elevado que el IVA del libro-papel ... eso implicará una disminución de cerca del 50% del pago a los autores del cómic. En este caso cabe legítimamente preguntarse si los editores también ajustarán sus beneficios a la mitad o si los autores servirán para realizar un reajuste variable de los mismos.
En todos estos casos nada está claro. ¿Cómo y en qué forma se pagará a los autores? ¿De qué van a vivir éstos? ¿Cuáles serán los circuitos y sistemas de explotación de los cómics? y ¿quiénes son los verdaderos comerciantes del mercado digital pendiente de construir?
Todo se mueve por caminos muy oscuros.
No nos equivoquemos. Nos alegramos de ver que nuestros editores se incorporen, en serio, finalmente a la revolución digital.
Sin embargo sí lamentamos que las iniciativas editoriales se dirijan a controlar todas las situaciones de este mercado y que impongan su sistema a todos los afectados en el mismo en lugar de propiciar un debate entre todos los implicados en esta profesión, para solucionar problemas y buscar un consenso entre todos los interesados, autores incluidos. Sin embargo, lo que hoy está pasando es que cada editor, desde su rincón de negocio, intenta ver como hacer tragar su píldora a "sus" autores sin contar con el resto de los implicados.
La realidad es que el libro digital, que no existiría sin nuestras creaciones y por lo cual todo este "mercado en evolución" no sería nada, se está poniendo en marcha sin que nadie tenga la intención de pedirnos nuestra opinión.
Los editores, evidentemente, han decidido imponer sus alternativas a los autores, pues esta claro que nadie considera que nosotros podamos tener una opinión sobre temas tan poco atractivos como el IVA, el precio del libro, el reparto de los costes, el nivel de remuneración al autor, sus medios de existencia y sobretodo de como tendremos que vivir de cariño y agua fresca si no se respeta nuestro trabajo.
Vamos pues a decirlo claramente. Estamos cansados de que los editores nos digan siempre: "que confiemos en ellos".
Queremos estar estrechamente relacionados a la creación de lo que será, quizás mañana, el medio principal de difusión de nuestras obras y del que, al día de hoy, todos ignoramos que forma tendrá.
Queremos respuestas a nuestras preguntas.
¿Por qué debemos ceder nuestros derechos digitales hasta los 70 años después de nuestra muerte, cuando todavía no sabemos de que manera será la explotación digital el año próximo y ni siquiera como será el próximo mes?
¿Por qué debemos ceder, incluso de forma simple, estos derechos digitales a nuestro editor bajo la amenaza de negarse a firmar nuestro contrato de edición en papel? Si bien él, en cambio, no puede ni siquiera garantizarnos la manera precisa de como va a explotar estos derechos y ni siquiera las remuneraciones que cobraremos por ello.
Aparte ¿porqué las remuneraciones previstas para los autores son la mitad que para las del libro-papel?
¿Qué es lo que justifica los porcentajes propuestos a los autores por los editores, sobre sus derechos, excepto el hecho de que son las soluciones para mantener su "proyecto de negocio"? ¿Es qué los editores ganarán la mitad de dinero? ¿Es qué el trabajo de los autores de cómic digital será la mitad que el que publica en papel?
Para todas estas preguntas hasta el presente no hay ninguna respuesta. Queremos la puesta en marcha de un grupo de trabajo compuesto por editores y autores, bajo el patrocinio del Ministerio de Cultura, para:
- Vigilar y estudiar la evolución del mercado del cómic digital.
- Identificar las buenas prácticas,
- Señalar y favorecer los usos equitativos.
- Garantizar que la evolución de las técnicas sea garantía de una evolución de los términos de los contratos de cesión.
- Vigilar que las remuneraciones sean proporcionales al éxito de la difusión y consumo de nuestras obras.
- Observar que el libro digital sea adaptado a los soportes de difusión, a su evolución, a la interoperabilidad de los materiales que permita acceder a ellos.
Queremos que la cesión de los derechos digitales sea objeto de un contrato distinto del contrato principal de edición, que este contrato sea limitado en el tiempo o adaptable y renegociable a medida de la evolución de los diferentes sistemas de difusión digital.
Queremos que toda adaptación digital de nuestros cómics sea sometida a nuestra validación y ser cofirmantes de toda cesión de nuestros derechos digitales a un tercero.
Hasta entonces y mientras exista una falta de la menor concertación de soluciones, existiendo solo las medidas de los editores que están organizando con toda tranquilidad éste mercado a la manera más cómoda para ellos y que más les conviene, rehusamos autorizar la explotación de nuestras obras en su formato digital y apelamos a todos los autores de cómic y del libro en general a hacer lo mismo.
Mantengamos nuestros derechos para así hacer oír nuestra voz
La Dirección del GABD (Groupement des auteurs de BD) :
David Chauvel
Cyril Pedrosa
Christian Lerolle
Fabien Velhmann
Virginie Augustin
Michael Le galli
Jean-Philippe Peyraud
Kris
Sylvain Ricard
Hubert
Julien Blondel
Virginie Greiner
Olivier Jouvray
Efix
Sébastien Cosset-Kerascoët